Fue en Navidad, estábamos en Las Palmas dando vueltas por el menú de Netflix y apareció: Perdidos. Ver temporada uno. Y eso hicimos. Con miedo, como no, porque la habíamos defendido hasta la extenuación. Si los haters tenían razón ¿Ibamos a asumirlo?
Todos los que me estáis leyendo sabéis que no solo escribía sobre Lost aquí si no tambien en "Los teóricos". Demasiada responsabilidad. Demasiada parcialidad. Pero los que me conocen de verdad saben que no me ciego, que soy radical pero no miento. Si encontraba una sola grieta, una sola muestra de estropicio narrativo vendría aquí y lo diría. Porque sí, durante los meses que duró nuestra aventura, solo pensé en vosotros. Lost siempre fue una serie para compartir.
Cuando la serie acabó en mayo de 2010 la gente se echó a las redes, agunos a las calles y hablaron. ¡¡¡Hay vídeos!!! hay links que aparecen en un par de búsquedas nada exhaustivas. Los nombres de los que la odiaron están ahí. Aparecen titulares como "Perdidos nunca va a soportar un segundo visionado". Estigmas que la red mantendrá por siempre. Cuando odias algo, las sentencias son más drásticas. Si cambias de opinión con el paso de los años, a ver como te desdices sin ruborizarte.
Nosotros, que estábamos en la orilla opuesta comenzamos con la serie. Ver Lost por segunda vez es una experiencia completamente distinta. El problema / la maravilla de Lost era que cada uno se hacía su película. Cuando empezaron las teorías, no sólo veíamos la serie, sino que defendíamos una teoría. Si de pronto tu teoría iba a tope con los viajes en el tiempo, cualquier cosa que se desentendiera de ese rumbo la negabas, y claro, veías la serie que te daba la gana. Eso no iba a pasar con esta segunda experiencia. Ahora veríamos Lost de verdad. La serie que era.
Lo primero que sentimos nada más empezar fue una falta absoluta de presión. No nos importaba nada qué era esa isla, lo sabíamos. No nos hacíamos ninguna pregunta. En ese momento nos dimos cuenta de que iba a ser un viaje de puro disfrute, de pura emoción, con la gracia de poder comprobar o no, que todas las respuestas estaban ahí y que si teníamos razón, habríamos ganado.
Ver esta serie en un primer visionado con la locura de los blogs y esos cientos de comentarios después de cada capítulo era algo muy nuevo y tan intenso que creo que nunca se va a volver a repetir a esos niveles. Durante este segundo visionado también vine al blog para leer los comentarios que habíamos escrito 10 años antes y flipé!!! Flipé con nuestro nivel de reflexión. Por poner un ejemplo... durante Dharmaville, nace el hijo de Horace y Amy. Pues la primera vez que vimos Lost, antes de que se dijera que ese bebé era Ethan nosotros lo habíamos comentado en el blog! Lo sabíamos, especulábamos con las informaciones, teníamos esa capacidad de análisis tan exhaustiva. Y en nuestro segundo visionado yo no me acordaba!!! Dijeron que el bebé era Ethan y ¡yo me sorprendí! dije "Ayva". Diez años antes éramos SUPERESPECTADORES, para lo bueno, y para lo malo. Ahora me había convertido en una paleta.
No voy a hacer un resumen de la serie ni analizar los puntos que recogen esa explicación final que nadie vio. Pero voy a hacer una lista de por qué hay que ver esta serie al menos dos veces en la vida:
Descubrirás en el propio piloto por palabras de Locke que esta es una historia sobre el bien y el mal mediante esa imagen tan repetida de dos piedras, una negra y una blanca, que se volverán a mostrar al menos en 3 momentos más. Durante el descubrimiento de Adán y Eva en las cuevas y cuando juegan en la última temporada los mellizos del infierno.
Con la falta de teorías y el fin de la especulación absurda, solo tienes un objetivo: amar a los personajes. Así que de pronto te ves babeando por los coreanos cuando antes te importaban un pimiento. Y hasta lloras las 5 veces que se mueren como si fueran una.
Personajes como Juliet, por ejemplo... a la que odiaba y ahora amé desde el minuto uno.
Su "I love you James" quizás fue la frase que más y mejor me hizo llorar la segunda vez.
Los capítulos que recordabas como malos ¡No eran tan malos! Bueno, sí. Pero ¿acaso tienes que esperar una semana para ver el siguiente? No, puedes verlo enseguida.
Las primeras 3 temporadas de Lost son maravillosas pero la tercera es brillante. Con esos otros, ese Ben boca abajo en la sala de operaciones, esa zorra de Juliet. Está todo tan bien contado que si tu cabecita hizo bien su trabajo y lo ha olvidado un poquito, volverás a vibrar.
No sufres con la presencia de secundarios que no le importan a nadie porque sabes que tienen los días contados. Y sólo esperas el ansiado momento de su muerte que encima es top.
No, con Desmond no te vas a emocionar más porque es imposible. El nivel es siempre lágrimas nonstop. Funciona, es un must.
El verdadero coñazo de Lost ha sido siempre él. Sayid, nunca me cayó bien y el segundo visionado no ayudó.
Lo peor de Lost fue la sexta temporada. Los personajes iban y venían sin ton ni son. Ahora estamos aquí y en 3 horas estamos en la otra punta de la isla, espera que me he olvidado la linterna y la vuelvo a cruzar en tiempo record. Los últimos capítulos vistos por segunda vez son un poco risibles. Ahora me subo al submarino, ahora me voy al avión... pero todo eso no lo vimos en su momento, a menos yo no. Yo me lo había comido con patatas. Esta vez me sentó mal. Pero aún así sufrí, me emocioné y lo disfruté porque el drama estaba siempre por encima.
No entendí para nada la misión de Sayid fuera de la isla matando a todo dios como emisario de Ben ni falta que me hace.
Lo que sí voy a defender siempre es que las respuestás están todas ahí para el que quiera verlas. Que no hacía falta hacer un repaso final. Y que la decisión de no contar qué es la isla es parte de la explicación final, la que se mete en las preguntas fundamentales de la existencia que no serán respondidas aquí teniendo en cuenta que esto ha sido claramente (y esto sí que se ha repetido bastante) un viaje de la ciencia a la fe. Y la fe tiene la peculiaridad de no saber de lógica.
El que siga negando esto y pidiendo por favor que le expliquen qué es la isla sigue sin ver lo esencial.
Nada más, yo por mi parte os invito a que la reviváis, porque es una experiencia maravillosa. A lo mejor la odiáis menos o descubrís que se puede seguir amando una serie sin amar el final. Sin vomitar bilis, sin hacer chistes rancios. Sin revivir esa mañana de Cuatro oyendo a la Siñeriz hablar del perro. Sólo por poder volver a vivir esos paseos por la playa con música de Giachino, por volver a disfrutar de una aventura clásica, intensísima, apasionada y esta vez, sin presiones, con la tranquilidad de estar de vuelta. En serio, sólo por volver a llorar como niños. Yo creo que vale la pena.